El principio que divide la niñez de la madurez
Toda persona llega a un punto en el que debe decidir de qué lado del abismo quiere vivir, del lado de la inmadurez, donde alguien más tiene la culpa, o del lado de la madurez, donde uno asume que es el arquitecto de su propio destino.
La autoestima te da el combustible, la responsabilidad te da el timón, ambas juntas son la fórmula del crecimiento real. Aceptar la responsabilidad total no es un acto de castigo, es un acto de poder, es la afirmación más liberadora que puedes pronunciar:
“Todo lo que soy y todo lo que seré depende de mí.”
El salto que todos evitamos
Nacemos dependientes, nos alimentan, nos visten, nos salvan, pero si no nos enseñan a asumir el control, seguimos buscando “padres” en la adultez: jefes, parejas, gobiernos o circunstancias que decidan por nosotros.
Brian Tracy lo llama “el salto del cañón”: pasar del territorio de la dependencia al de la madurez, la mayoría se queda a mitad de camino, en lo que él llama el valle de las excusas, ese lugar donde todo tiene un “pero”:
- “Soy demasiado joven.”
- “No tengo el título.”
- “No es el momento.”
- “No puedo por mi pasado.”
El valle de las excusas es cómodo, pero estéril, quedarse allí es confundir el consuelo con la seguridad.
La enfermedad de las excusas
Cada excusa tiene la misma raíz: miedo a asumir control, y sin darnos cuenta, esas justificaciones se vuelven parte de nuestra identidad, dejas de verte como protagonista y comienzas a vivir como espectador. Nombrarla es el primer paso para desactivarla.
Pregúntate:
¿Cuál es mi conejo blanco?
¿Cuál es la excusa que aparece en mi mente justo antes de decidir avanzar?
Responsabilidad ≠ Culpa
Asumir responsabilidad no es culparte, es reconocer que tienes la habilidad de responder —response-ability— ante cualquier circunstancia. No puedes controlar lo que llega, pero sí cómo respondes, esa diferencia define tu crecimiento, tu carácter y tu libertad.
“La vida no mejora por suerte, mejora por cambio. Y el cambio empieza con una decisión.”
La teoría del desafío–respuesta
Brian Tracy cita a Oswald Spengler: las civilizaciones crecen o se hunden según cómo respondan a los desafíos, lo mismo sucede contigo, no creces por evitar los problemas, creces por enfrentarlos. Cada reto bien asumido fortalece tu estructura interna, igual que un músculo que se entrena.
La responsabilidad es ese músculo, entre más la ejercitas, más capacidad tienes para enfrentar desafíos mayores.
Tres áreas donde solemos huir de la responsabilidad
- Política: cuando creemos que el gobierno debe resolver lo que es nuestro deber personal.
- Justicia: cuando justificamos nuestros errores culpando al entorno o a nuestra historia.
- Salud: cuando delegamos el cuidado de nuestro cuerpo y nuestra mente a un tercero.
En todas estas áreas, el resultado es el mismo: ceder control es perder libertad.
Ejercicio — “El mapa de control personal”
Haz tres columnas en una hoja:
- En la primera, escribe lo que no controlas.
- En la segunda, lo que sí puedes influir.
- En la tercera, las acciones concretas que dependen solo de ti.
Cada vez que te encuentres quejándote, revisa esa hoja. Si está en la columna 3, haz algo, si está en la columna 1, suéltalo. Esa práctica diaria cambia la energía con la que enfrentas tu vida.
Frases clave del capítulo
- “La aceptación de la responsabilidad no es opcional: es la base de tu libertad.”
- “El valle de las excusas es cómodo, pero estéril.”
- “Si debe ser, será por mí.”
Asumir la responsabilidad total es el punto de partida de toda transformación, es el momento en que dejas de esperar y empiezas a construir. Cuando entiendes que no hay “ellos” ni “circunstancias”, solo tú y tus decisiones, entonces la vida deja de ser una carga… y se convierte en un proyecto.
“La vida será, en gran medida, lo que nosotros hagamos de ella.” — Samuel Smiles
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